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2ª Declaracion del Capitan

Apostolos Mangouras, capitán del Prestige , manifestó ante el juez de Corcubión que había advertido a la torre de control marítimo de Fisterra de que, de seguir el rumbo noroeste-320 grados que le ordenaron el 14 de noviembre, el barco acabaría por romperse en dos.



En la comparecencia del pasado día 4 ante el juez instructor, la fiscal Beatriz Pacios hizo al capitán la siguiente pregunta: «¿Quien fue la persona que le dijo que fuera rumbo noroeste (NO)?». Apostolos Mangouras respondió: «Al principio fue el inspector Sr. Díaz quien marcó el rumbo. Más tarde llamó a Tráfico para pedir el cambio al Oeste, y ellos confirmaron NO-320 grados».

En este punto, la fiscal preguntó al capitán griego la razón por la que, pese a esa instrucción del control de Fisterra, se hizo una derrota paralela a la costa, exactamente de 180 grados. La respuesta es contundente: «Cuando paré las máquinas, me puse en contacto con el Ría de Vigo (el remolcador) y le dije que tenía problemas en el lado de estribor. Pero el Ría de Vigo tenía una avería y lo que hacía era remolcarnos desviándose a la izquierda y haciendo un círculo. Por eso cambió la orientación del barco. Entraban muchas olas en la fisura y se había levantado la cubierta. Entonces le dije al Ría de Vigo que no jugase con nuestras vidas porque el barco iba a romperse».

Apostolos Mangouras explicó que los expertos de la empresa holandesa Smit, encargada de salvar el Prestige, llegaron al buque a las 3,19 horas del día 15 de noviembre. El jefe del equipo recomendó al remolcador español que pasase las estachas al Chiruca , pero desde el Ría de Vigo se contestó que las «autoridades no le dejaban volver atrás para reparar su avería».

El capitán del Prestige también declaró que realizó una última demanda al Ría de Vigo . «Le pedí -dice- que nos dejase en el rumbo 155 y 165 grados, porque el barco se mantenía tranquilo, que no nos remolcase más y que nos dejase parados en medio del mar, sin movernos, cuando estábamos a 60 millas más o menos (de la costa)». La petición no fue atendida y siguieron remolcando al petrolero. «Al amanecer -añade Apostolos Mangouras-, noté que el agujero tenía unos 30 metros de largo».

El capitán del Prestige afirmó ante el juez que, tras el accidente, el barco sólo había perdido tres o cuatro mil toneladas de fuel. Esa versión también parece confirmada por Serafín Díaz, el inspector marítimo que subió al buque para arrancar las máquinas. En su declaración, este último manifiesta que no supo qué tanque de carga se había roto, «pero que navegando -explica- el barco perdía muy poco fuel».

Apostolos Mangouras negó que el primer derrame se produjera por la ruptura de un mamparo, tal y como asegura el inspector. El capitán del petrolero siniestrado manifestó que «de los tanques de lastre salió agua, no fuel, por lo que no fue un mamparo lo que se rompió. Medimos el barco más tarde y comprobamos que no había sido un mamparo».

A su juicio, la fisura en el costado de estribor se produjo por un golpe externo, a causa de un contenedor o del oleaje. De lo que está seguro es de que «el fuel salía por las tapas de los registros que saltaron con el golpe, por la cubierta».

(Publicado en La Voz de Galicia.28 y 29 de Diciembre 2002 )



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